martes, 24 de agosto de 2010

17º MARCHA INTERNACIONAL PEDRO DELGADO

“La Marcha Pedro Delgado es ya un referente en el calendario nacional e internacional del cicloturismo y una de las pruebas más exigentes con un trazado de 170 kilómetros y cuatro puertos con un buen rompe piernas al final de los cuatro puertos”


“Penurias encima de la bici” asi lo definen algunos, nosotros decimos, un día de buen ciclismo.

Viernes:

Quedamos el mismo viernes sin mucho madrugar, teníamos todo el día para llegar, era el momento de preparar la ansiada salida hacia Segovia, montamos el portabicis, la ropa y pusimos ruta en el GPS a Segovia, el alojamiento lo teníamos reservado en una aparta-hotel magnifico y las inscripciones realizadas, solo teníamos que dejarnos llevar Trabajo que como siempre nos facilita el buen hacer de Marta. Después de los km,s que nos separan, llegamos descansados y con ganas ya de vivir el ambiente ciclista. Abrimos la puerta y el calor se nos pegaba a la piel, mirada cómplice y sonrisa típica, “A MUETE”. (JAJAJAJAJA), cenamos tranquilamente y nos encontramos con “GAS” y la family también recién instalado y preparado para el evento.

Sabado:

Diana a las 7.00 horas, sacamos las bicis del aparta-hotel y dejándonos llevar por las antiguas y adoquinadas calles de Segovia, alcanzamos el Acueducto para tomar antes de empezar a rodar con las flacas una buen café (como ya es un ritual entre nosotros). Salimos dirección la granja soltando piernas y buscando las sensaciones del terreno, el sitio es inmejorable y el paisaje brutal, nos dejamos llevar hasta Navacerrada y a pie de puerto vuelta, nuestro objetivo hoy es simplemente despertar las piernas y reconocer la salida neutralizada de mañana. Regresamos después de rodar 40 km, ducha y a por el desayuno con tranquilidad.

Hora de realizar algunas compras para la cocina del aparta-hotel en Mercadona y recoger los dorsales.

Pabellón PERICO DELGADO, (buuuaaaa) menuda cola, pues nada a esperar toca, sacamos las licencias y por el dorsal. (ahora si), ya lo tenemos, a comer, sin duda el mejor sitio el buffet con pasta y arroz a granel, allí quedamos con “GAS” para comer y cometar cosas para el Domingo, cafetito y a descansar.

Sabado noche, cenita en el buffet y paseo tranquilo, saludando a resto de la expedición del club que se incorporaba esa misma tarde, “GUS” y “CARLOS”.

Domingo:

Al tratarse de nuestro debut en una marcha de este calibre los días previos me afané en recabar información de cómo afrontar la carrera con garantías de alcanzar la meta, ajuste de la bicicleta y suplementos de fácil asimilación rodando. El consejo de todos los cuestionados era el mismo: sigue la táctica CBR, es decir, comer, beber y a rueda.

Diana prontito para desayunar fuerte y salir rodando hasta el mismo Acueducto.

El banderazo de salida está programado para las 8.00 horas. Con el acueducto de fondo y la Plaza del Azogüejo atestada de ciclistas avanzamos los primeros metros. Por delante 170 kilómetros y cuatro puertos -Navacerrada, Morcuera, Canencia y Navafría-. Comparto línea de salida con Alejandro Valverde, y el propio Pedro Delgado. Sin duda no puedo pedir más en mi estreno.

Los primeros 11 kilómetros de la marcha son neutralizados, pero los 2.000 corredores quieren coger una buena posición para encarar el primer ascenso de la jornada, Oscar y yo decidimos apretarnos para alcanzar una buena posición de cara al ataque de Navacerrada, muchas paradas, frenazos, hay un poco de nervios y rápidamente me veo engullido en medio del gigantesco pelotón. Mi actitud es clara: reservar fuerzas en la primera subida donde muchos se dejan gran parte de sus fuerzas.

El calor no tarda en hacer acto de presencia y se prevé una jornada dura de bicicleta. Comenzamos a subir, las cadenas traquetean buscando un desarrollo alto. Huele a ciclismo por los cuatro costado. No tardo en encontrar compañía de gente de otros clubs diferentes, buscando siempre buen ritmo y reservando.

Rumbo a la cima no dejamos de adelantar corredores, los ánimos de los aficionados en las cunetas son como un empujón. Corono y, sorprendentemente, mis piernas van casi intactas, allí como un espejismo nos encontramos con Marta y Raquel, nuestras grandes compañeras de fin de semana, haciendo que todo para nosotros resulte fácil y buscando darnos ese animo a fin de encarar el largo descenso hasta Rascafría y otra vez a subir. Esta vez es el Alto de la Morcuera con sus 1.800 metros de altitud el que nos espera. Yendo al ritmo de subida con el que completé Navacerrada me va bien, así que miro a OSCAR y decidimos continuar igual y no exigirnos más de lo marcado, pecando siempre de ir guardando, estábamos advertidos por el tío Ángel “PLAS” de que el final era lo mas duro, buscando el no desgastar en los puertos porque lo pagaríamos.

Después de 50 kilómetros y un puerto y medio cada uno ha encontrado su lugar en la carrera. Algunos conversan, otros comen, muchos se concentran en pedalear y yo disfruto, -dentro de lo que se puede, buscando de continuo la trazada perfecta en el descenso con Oscar y el ritmo adecuado en la escalada.

El puerto de Canencia marca el ecuador de la prueba. El avituallamiento líquido en su cima te devuelve las fuerzas necesarias para seguir con la prueba.

La Perico Delgado sigue su avance. Tras la Morcuera llega Canencia. Un descenso de 9 kilómetros y enseguida la carretera que se vuelve a empinar. Encuentro un buen ritmo y en el tercer puerto de la jornada me toca a mí adelantar a todos los que se han cebado en Navacerrada y la Morcuera. Arriba, en la cima, un avituallamiento líquido te devuelve la vida.

Los voluntarios juegan un papel fundamental en una marcha como esta. Entre ellos gente del mundillo, “¡Vamos que ya lo tenéis casi hecho!", me dice al mismo tiempo que me entrega un bidón de sales. Me crezco y afronto el descenso y el duro camino rompe piernas hasta Lozoya y los pies de Navafría con energías renovadas.

Sin embargo, el calor empieza a hacer mella y la deshidratación por el calor empieza a dar sus pequeños avisos, asciendo Navafría junto a Oscar y somos unos privilegiados rodamos todos este puerto junto al mas grande “Pedro Delgado”, para mi era un verdadero privilegio y algo que cuando era un chaval no me hubiera creído.

En muchos tramos veo el tambaleo de lado a lado de la carretera de muchos que ahora tienen que pagar el exceso de los anteriores puertos, A falta de tres kilómetros para la cima miro a Oscar y sonriendo nos decimos esa palabra clave que utilizamos con el tío PLAS entrenando “ A MUETE”, es hora de afrontar el final y de terminar esto.

Los últimos kilómetros, pese a dejar atrás todos los puertos, se convierten en un calvario por el viento y el recorrido 'pestoso'.

No obstante, lo más duro está aún por llegar. Tras completar el descenso del último puerto y, pese a lo que pueda parecer con el perfil en la mano, la carretera es 'pestosa' y el viento arrecia en contra. Un calvario que agudiza la deshidratación sufrida por todos. Sin embargo, la meta es una obsesión y nada nos impedirá alcanzarla.

El más mínimo repecho en la carretera se afronta como si de un puerto más se tratara: subir piñones hasta que las piernas se muevan con ligereza. Encontrarse con alguien en ese tramo era toparse con palabras de ánimo. Y finalmente, rodamos fuerte, ágil y con una grupeta, donde todos éramos ya grandes conocidos a lo largo del recorrido, aliándonos como si de un solo club se tratará, para plantarle cara el viento y rodar como un tiro. Han pasado más de cinco horas desde que dejamos atrás el Acueducto segoviano. Ahora, en el pabellón Pedro Delgado encontramos lo que llevamos anhelando desde hacía varias horas y lo que en los últimos kilómetros: la meta.

Llegamos abrazo y satisfacción por las grandes sensaciones que habíamos vivido juntos bajo el sol y el aire, acordándonos siempre de todos aquellos que no habían podido estar con nosotros y que sin duda les hubiera gustado estar.

Muchas horas después, ya descansados en el aparta-hotel, comentamos bajadas, subidas, llanos, sustos, frenadas y anécdotas que nos quedamos para nosotros, todo no lo vamos a contar, (jajajajaja), Ahora ya no cuento los kilómetros que me quedan para llegar a meta, sino los días que restan para la próxima edición.

Gracias a ESTHER, nuestra AMA DE LLAVES, y como no a nuestras chicas, sin duda todo hubiera sido mucho mas difícil sin vosotras MARTA Y RAQUEL y como no a los abuelos, sin ellos no podriamos haber completado esta aventura quedándose con los bichos peludos dando faena y mordiendo todo.....!!!!!

“Dedicado a mi HERMANO “SANTI”, quien pedaleo conmigo, a mi lado, Puerto a puerto, tramo a tramo. TE QUIERO Tete.” (SIEMPRE CONMIGO).


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